Una femineidad que arde, 2024

Fotografías de estudio en plano entero y detalle, utilizando vestido confeccionado a partir de piel de ají cacho de cabra. Se utilizaron alrededor de 10 kilos de ají proveniente de la IX Región de la Araucanía, los cuales fueron abiertos, desemillados y aplanados, para luego ser cosidos entre sí en este textil. Este vestido al ser de un material orgánico, naturalmente está destinado a la pudrición, por lo que estas fotografías registran su efímera existencia.

El vestido es usado como símbolo por excelencia de la femineidad y sus mandatos sociales, en este caso, implicando la afección de la piel a la capsaicina, compuesto irritante característico del ají.

Serie de fotografías de 100×66 cm cada una.

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